En el documento “Gene editing and agrifood systems”, FAO hace un profundo análisis sobre las herramientas biotecnológicas que permiten el mejoramiento de especies vegetales, principalmente a través de la edición de genes. Se concluye que “la seguridad de los alimentos derivados de la edición genética no es diferente a la de alimentos obtenidos de cultivos mejorados por técnicas convencionales, por tanto, considera que estos no requieren regulaciones exclusivas o diferentes a las que ya existen”.
Asimismo, el informe destaca y presenta ejemplos sobre los beneficios de la edición genética en el aumento del rendimiento de los cultivos, la mejora de la resistencia a plagas y enfermedades y la reducción del impacto ambiental, lo que eventualmente aportaría a mejorar la seguridad alimentaria y el contenido nutricional de los alimentos.
Para la implementación de este tipo de mecanismos, el organismo internacional recomienda a los entes reguladores que evalúen la seguridad de los alimentos derivados de edición genética caso a caso, entendiendo que pueden representar los mismos riesgos que cualquier alimento convencional. Además, invita a que no se discriminen los productos de la edición genética por los métodos como fueron obtenidos, y a que eviten construir “marcos regulatorios sin fundamento científico”.